LENGUAS INDÍGENAS
El presente ensayo tiene como propósito analizar, mediante mi investigación cualitativa, que representa el cómo las lenguas indígenas se han ido desvaneciendo ya sea por la discriminación o maltrato a los hablantes de dichas lenguas, hablare de la importancia de las lenguas indígenas en nuestro país para que así ustedes más bien nosotros intentemos abrir o extender más nuestros cuadros mentales y así dar solución a dicho problema y desvanecimiento de las lenguas indígenas.
En México existe gran variedad de lenguas indígenas. De hecho es el país con mayor diversidad lingüística y cultural, estas tienes gran importancia en el país, hoy en día la mayoría de los hablantes, dejan de hablar dicha lengua por temor, a ser discriminados, y si la hablan, solo es para comunicarse entre ellos. Hoy en la actualidad ellos deberían sentir orgullo por hablar una lengua, porque sabiendo hablar o comunicarse con dicha lengua son más fáciles las probabilidades de hablar el inglés y español así que estas personas estarían manejando 3 lenguas o más, cosa que nosotros no sabemos manejar y en nosotros no cabe la curiosidad y las ganas de hablar alguna de estas riquezas llamadas lenguas indígenas. Pero a todo esto deben estarse preguntando ¿Qué son las lenguas indígenas? Pues las lenguas indígenas son idiomas variados lingüística mente habladas de manera estable por comunidades. Toda lengua tiene un inicio un desarrollo y un final en la historia y debería seguir desenlazándose cada una de estas lenguas indígenas en el país y porque no también, en nosotros mismos
Yo en general pienso que deberíamos cambiar esa ideología mental que tenemos respecto a los hablantes de dichas lenguas en lugar de desaparecer las, deberíamos y debemos extender o expandir y sobre todo aprender a pronunciarla correctamente y bueno ahora que ustedes ya observaron y leyeron mi ideología mental ahora me gustaría que ¡TU! Me des tu punto de vista
Nombre del movimiento | ROMANTICISMO |
Pais donde se desarrollo | Alemania y Reino Unido (Gran Bretaña e Irlanda del Norte) |
Epoca | Se dio durante el siglo XIX en el proceso historico que representa la revolución Francesa |
Alemania:Friedrich von Schiller, Johan Wolfgang von Gohete Heninrich Heime. Inglaterra:Lord Byron, Perey B. Shelley, Walter Scott. Italia:Giacomo Leopardi. Francia:Alecander Dumas(padre), Victor Hugo, Alfredo Musset, Alphonse de Lamartine.España: Mariano Jose de Larra, Gustavo Adolfo Bequer, Jose Zorrila. Rusia: Alexander Purkin, Nicoloi Gogal. Estados Unidos:Edgar Allan Poe | |
Contexto Historico | El romanticismo supuso el fin del orden clásico, sobre todo en la cuestión perpectivista.Acabó con la Monarquia absoluta, con la razon y la regla.Creo una nueva escala de valores donde predominaba el "yo" en detrimento de la realidad exterior .Se produjo una supremacía de lo popular, lo que implicaba un rechazo del neoclasicismo(que abogaba por un estilo elitista).Se encuentra una fuerte componente nacionalista en contra de las actitudes universalizantes de los ilustrados .Por otro lado, la mayoria de los autores romanticos reivindicaron el Cristianismo frente al paganismo grecolatino. |
Etapas | El romantisismo constituyó un movimiento contradictorio pues en su seno se desarrollaron dos sensibilidades diferentes a lo largo de dos etapas: Hasta 1829 el romantisismo actuó como una tendencia conservadora y reaccionaria frente a la modernidad.Lo caracterizaron los viejos ideales basados en la jerarquía, la religión tradicional y la monarquia absoluta, anti téticos de la ilustración.Tres fueron las figuras más representativas de este periodo:Schlegel, De Maistre y Bonald. Apartir de 1825: Impulsado por una segunda generación de autores el movimiento se identifico con los valores del pregreso y la libertar ,descollando las figuras de Victor Hugo y Lamartine,muy comprometidos con la acción política de la Revolución de 1848. |
Trayectoria | El propocito es tecnicamente entender los sentimientos plasmados del autor,el romanticismo se manifiesta ilustrado.Las ideas expresadas atrávez de la revolución francesa era la livertad en todos los niveles (como la maxima expresióndel movimiento y nacionalismo valor del individuo. De acuerdo con estos ideales los romanticos vuelven a la edad media y se revelan contra las imposisiones contemporanéas, reacciona tambien contra la industrialización y promueve: La naturaleza en paisajes y animales la busqueda de lo divino. Lo exotico en: los ambientes y paisajes, la fantacia y sobretodo drama con: la obseción de la muerte, la noche y las ruinas |
Caracteristicas de la poesia | Se Dividen en 2: DE FONDO: induvidualismo,exaltación del yo,Amor a la region,nacionalismo,Prdominio del sentimiento,Exaltación de la libertad individual y social,Pasión por lo oriental,lo lejano y lo exotico,Preferencia por los temas lujubres,Retorno a los temas medievales,Espiritu revolucionario renovador,Conflictos intimos(pesimismo,evación,desesperación),Tono de soledad y tristeza,Inclinación a hablar de la muerte,Preferencias por lo nocturno.DE FORMA:Ruptura con toda clase de normas,Metrica libre,Rima libre:consonante,asonante,aritmico,Predominio de la poesia sabre la narrativa y el drama. |
http://html.rincondelvago.com/romantisismo-de-la-literatura-espanola.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Romanticismo
T.V3DTVOO70V
“ANTOLOGIA POESTICA”
ESPAÑOL II
ALFONSO PERÈZ PERÈZ
ROSA HERMELANDA ESTRADA
SÀNCHEZ
“3ªB”
20 DE NOVIEMBRE DEL 2015
En
la antigüedad nos mostraban como eran los caballeros, las damas y los héroes.
La verdad debió ser porque tuvieron una mejor formación moral ya que en la
antigüedad se tenían más respeto unos a otros aunque casi siempre estaban
separados por grupos sociales y es más con estas lecturas poéticas he podido
comprender como pequeños poemas han llegado a tener gran importancia y pasión
en muchas personas, llegue a aprender el sentido y las emociones que estas
poesías llegan a transmitir en las personas. Estas poesías se caracterizan por
haberse fragmentado principalmente en el Imperio Romano, dando lugar a las
distintas lenguas romances. El propósito de esta Antología poética es que tú
como lector abras tu cuadro mental y abras tu camino hacia la poesía así mismo
a la lectura. Date la oportunidad de entrar en un mundo diferente, en un mundo
lleno de cultura, guiémonos por el camino de la sabiduría, de la inteligencia,
del respeto y sobre todo de la lectura. En esta Antología encontraras poemas de
la época medieval la cual se produjo entre el siglo V y el XV y se originó en
Europa. Se eligió este tema porque me llamo la atención, me resulto interesante
ya que en la época Medieval hacen mención de contenido caballeresco o
religioso, con victorias a los dioses y a los grandes héroes. Aprovecho para
agradecer a todas las personas que influyeron en la elaboración de mi trabajo
desde el comienzo hasta el fin de este mi Trabajo.
DEDICADO
A MI MEJOR AMIGA
AZUL
ITCHEL MONROY BAUTISTA
A LA CUAL APRESIO MUCHO
DEDICADO
A MIS PADRES
POR
SIEMPRE BRINDARME SU
APOYO
Y SABER GUIARME AL
CAMINO
DEL EXITO
INDICE
POEMAS
ROMANCE DE ABENÁMAR
ACUÉRDATE DE MÍ.
ELIZABETH I DE
INGLATERRA.
EL CABALLERO DE LA CARRETA.
Cuando
hablamos de “Literatura Medieval” nos estamos refiriendo al conjunto de obras
con valor literario que fueron escritas durante la Edad Media y, principal
aunque no únicamente, en Europa. O lo que es lo mismo, estamos haciendo una
segmentación tanto temporal como, aunque en menor medida, espacial. Literatura
medieval es, de este modo, la que escribió desde la caída del Imperio Romano
hasta la llegada del Renacimiento, un espacio de tiempo de aproximadamente mil
años. Espacialmente, este concepto abarca la literatura producida en lo que hoy
es Europa: el ámbito mediterráneo, Francia, Alemania, Europa del Este,
Escandinavia y las Islas Británicas, en términos generales. Tal cantidad de
tiempo y espacio hace casi imposible hablar con precisión de la literatura
medieval sin caer en simplificaciones y generalidades. Es por ello que se hace
necesario una mínima categorización y una cierta división de las obras por su
tipología, por su lenguaje y por su origen. Para empezar, diremos que al
contrario que en nuestra época, la literatura medieval era frecuentemente de
autoría anónima. La autoría, en sí misma, era mucho menos importante que ahora.
Lo que era importante en la Edad Media era la obra, y no el autor. Éstos,
muchas veces, se limitaban a re-escribir historias, embellecer
Leyendas
y honrar a los autores clásicos o los Padres de la Iglesia. Poco se sabe pues,
de autores individuales del Medievo. Si hemos de dividir la literatura medieval
de alguna manera, lo mejor es distinguir entre literatura profana y literatura
religiosa. La literatura religiosa fue la dominante, lo que no sorprende en una
época en la que los estudios más frecuentes eran de orden teológico y el clero
católico era el centro de la vida intelectual. Himnos litúrgicos, leyendas y
vidas de santos (llamadas hagiografías) y comentarios de la Biblia fueron los
géneros más ensayados. Por otra parte, la literatura profana, sin ser tan
productiva como la religiosa, mantuvo un digno papel secundario. Esta
literatura fue hermana del despertar de las lenguas romances, y el tema del
amor cortés fue tal vez el más repetido. Los poemas épicos, así como los
cantares de gesta, le siguieron en popularidad y brindaron de hecho algunas
obras inolvidables, tales como el “Beowulf”, el “Cantar de los nibelungos” o el
“Cantar del Mío Cid”. La escritura política creció de forma importante sobre
todo en la Baja Edad Media y principalmente en las ciudades-república
italianas. La literatura de viajes, muchas veces relacionada con las
peregrinaciones y por tanto entroncada con la literatura religiosa, alcanzó
también una gran popularidad.
En
esta época se divide en tres clases de autores que son:
v Poetas
Medievales
v Trovadores
Medievales
v Representantes de la narración
Y en
esta ocasión nos centraremos en lo que son los poetas medievales y sus poesías
Dieter
steudel:
A
cazar va don Rodrigo, y aun don Rodrigo
de Lara:
Con
la grande siesta que hace arrimándose
ha a una haya,
Maldiciendo
a Madorrillo, hijo de la renegada,
Que
si a las manos le hubiese, que le
sacaría el alma.
El
señor estando en esto, Madorrillo que
asomaba.
—Dios
te salve, caballero, debajo la verde
haya.
—Así
haga a ti, escudero, buena sea tu
llegada.
—Dígasme
tú, el caballero, ¿cómo era la tu
gracia?
—A
mí dicen don Rodrigo, y aun don Rodrigo
de Lara,
Cuñado
de Gonzalo Gustos, hermano de doña Sancha;
Por
sobrinos me los hube los siete infantes
de Salas;
Espero
aquí a Mudarrillo, hijo de la renegada;
Si
delante lo tuviese, yo le sacaría el
alma.
—Si
a ti te dicen don Rodrigo, y aun don
Rodrigo de Lara,
A mí
Mudarra González, hijo de la renegada;
De
Gonzalo Gustos hijo y anado de doña
Sancha;
Por
hermanos me los hube los siete infantes
de Salas.
Tú
los vendiste, traidor, en el val de
Arabiana,
Más
si Dios a mí me ayuda, aquí dejarás el
alma.
—Espéresme,
don Gonzalo, iré a tomar las mis armas.
—El
espera que tú diste a los infantes de
Lara,
Aquí
morirás, traidor, enemigo de doña
Sancha
A
n o n i m o
—
¡Abenamar, Abenamar, moro de la
morería,
El
día que tú naciste grandes señales
había!
Estaba
la mar en calma, la luna estaba
crecida,
Moro
que en tal signo nace no debe decir
mentira.
Allí
respondiera el moro, bien oiréis lo que
diría:
—Yo
te lo diré, señor, aunque me cueste la
vida,
Porque
soy hijo de un moro y una cristiana
cautiva;
Siendo
yo niño y muchacho mi madre me lo decía
Que
mentira no dijese, que era grande
villanía:
Por
tanto, pregunta, rey, que la verdad te
diría.
—Yo
te agradezco, Abenamar, aquesa tu
cortesía.
¿Qué
castillos son aquéllos? ¡Altos son y
relucían!
—El
Alhambra era, señor, y la otra la
mezquita,
Los
otros los Alixares, labrados a
maravilla.
El
moro que los labraba cien doblas ganaba
al día,
Y el
día que no los labra, otras tantas se
perdía.
El
otro es Generalife, huerta que par no
tenía;
El
otro Torres Bermejas, castillo de gran
valía.
Allí
habló el rey don Juan, bien oiréis lo
que decía:
—Si
tú quisieses, Granada, contigo me
casaría;
Daréte
en arras y dote a Córdoba y a Sevilla.
—Casada
soy, rey don Juan, casada soy, que no
viuda;
El
moro que a mí me tiene muy grande bien
me quería.
A n o n i m o
George
Gordon Byron, sexto barón de Byron (Londres, 22 de enero de 1788 – Mesolongi,
Grecia, 19 de abril de 1824), fue un poeta inglés considerado uno de los
escritores más versátiles e importantes del Romanticismo. Se involucró en
revoluciones en Italia y en Grecia, donde murió a causa de la malaria en la
ciudad de Mesolongi.
Su
hija, Ada Lovelace, contribuyó en la invención de la máquina analítica junto
con Charles Babbage.
George
Gordon Byron, sexto Lord Byron.
Llora
en silencio mi alma solitaria,
Excepto
cuando esté mi corazón
Unido
al tuyo en celestial alianza
De
mutuo suspirar y mutuo amor.
Es
la llama de mi alma cual aurora,
Brillando
en el recinto sepulcral:
Casi
extinta, invisible, pero eterna...
Ni
la muerte la puede mancillar.
¡Acuérdate
de mí!... Cerca de mi tumba
No
pases, no, sin regalarme tu plegaria;
Para
mi alma no habrá mayor tortura
Que
el saber que has olvidado mi dolor.
Oye
mi última voz. No es un delito
Rogar
por los que fueron. Yo jamás
Te pedí
nada: al expirar te exijo
Que
sobre mi tumba derrames tus lágrimas
George
Gordon, Lord Byron.
The first kiss of love: George Gordon, Lord Byron.
Ausente
con tus ficciones de endebles romances,
Aquellos
harapos de falsedad tejidos por la locura;
Dadme
el espíritu fugaz con su débil resplandor,
O el
arrebato que habita en el primer beso de Amor.
Si,
poetas, vuestros pechos con fantasías brillarán,
Aquella
pasión en la arboleda danzará con ardor;
Y de
la bendita inspiración vuestros sonetos fluirán,
¿Pero
podrán alguna vez saborear el primer beso de amor?
Si
Apolo debe rehusar su asistencia,
O
las Nueve dispuestas están a tu servicio;
No
las invoquéis, decidle adiós a las Musas,
Y
prueba el efecto del primer beso de amor.
Los
odio, y odio vuestras frías composiciones,
Aunque
el prudente me condene,
Y el
intolerante lo repruebe;
Yo
abrazo las delicias que brotan del corazón,
Cuyos
latidos y alegría son el primer beso de amor.
Vuestros
pastores y sus rebaños, aquellos temas fantásticos,
Tal
vez puedan divertir pero nunca conmoverán.
Arcadia
se despliega como un sueño de bello color,
¿Pero
cómo podría compararse con el primer beso de amor?
¡Oh,
cesad de afirmar que el hombre, desde que surgió
Del
linaje de Adán, ha luchado contra la miseria!
Algunas
parcelas del Cielo vibran en la Tierra,
Y el
Edén resurge con el primer beso de amor.
Cuando
los años hielen la sangre, cuando nuestros placeres pasen,
(Flotando
durante años en las alas de una paloma)
El
recuerdo más amado será siempre el último,
Nuestro
monumento más dulce, el primer beso de amor.
Lord
Byron.
Isabel
I (en inglés, Elizabeth I), a menudo referida como La Reina Virgen, Gloriana o
La Buena Reina Bess (Greenwich, 7 de septiembre de 1533-Richmond, 24 de marzo
de 1603) fue reina de Inglaterra e Irlanda desde el 17 de noviembre de 1558
hasta el día de su muerte. Isabel fue la quinta y última monarca de la Dinastía
Tudor. Hija de Enrique VIII, nació como princesa, pero su madre, Ana Bolena,
fue ejecutada cuando ella tenía tres años, con lo que Isabel fue declarada hija
ilegítima. Sin embargo, tras la muerte de sus hermanos Eduardo VI y María I,
Isabel asumió el trono.2 3
Una
de las primeras medidas que tomó fue establecer una iglesia protestante
independiente de Roma, que luego evolucionaría en la actual Iglesia de
Inglaterra, de la que se convirtió en la máxima autoridad.
Se
esperaba que Isabel contrajera matrimonio, pero pese a varias peticiones del
Parlamento, nunca lo hizo.4 Las razones para esta elección no se conocen y han
sido ampliamente debatidas. A medida que Isabel fue envejeciendo, su virginidad
la volvió famosa y un culto creció alrededor de ella, celebrado en retratos,
desfiles y literatura de la época.
On
Monsieur's Departure, Elizabeth I de Inglaterra.
Sufro
sin enseñar mi descontento,
Y
amo, aunque deba aparentar odio.
No
me atrevo a expresar mis sentimientos,
Parezco
muda, aunque por dentro hablo.
Soy
y no soy, en llamas me congelo,
Pues
he dejado de ser yo, no soy más mía.
Este
dolor es como mi sombra,
Me
sigue al vuelo y vuela si la sigo,
Me
acompaña y hace lo que hago,
Y me
aflige su pena, que comparto.
No
hay manera de alejarla de mi pecho
Hasta
que el fin de las cosas la destierre.
Insúflame
una pasión más tierna
Pues
blanda soy, nieve derretida,
O sé
cruel, amor, y así sé amable:
Deja
que flote o permite que me hunda.
Hazme
vivir con un dulce deleite,
O
déjame morir para que olvide que he amado.
Elizabeth
I de Inglaterra.
Mateo Gregory Lewis (jul. 9, 1775 a may. 16,
1818) fue un novelista y dramaturgo Inglés, a menudo referido como
"Monk" Lewis, debido al éxito de su 1796 novela gótica, El Monje.
Alonzo the brave and the Fair Imogina, Matthew Lewis
(1775-1818)
Un
aguerrido soldado y una radiante doncella
Conversaban
sentados en la hierba.
Con
tierno gozo se miraban;
Alonso
el Bravo se llamaba el caballero;
La
doncella, la hermosa Imogina.
«¡Ay!
–dice el joven–, mañana partiré
A
luchar en lejanas tierras;
Pronto
acabarán vuestros llantos por mi ausencia,
Otro
os cortejará, y vos concederéis
A
más rico pretendiente vuestra mano.»
«¡Oh,
dejad esos recelos –dijo la hermosa Imogina–,
Que
ofenden al amor y a mí!
Pues
ya estéis vivo o muerto,
Os
juro por la Virgen que nadie en vuestro lugar
Será
esposo de Imogina.
«¡Si
alguna vez, movida por el placer o la riqueza,
Olvidase
a mi Alonso el Bravo,
Quiera
Dios que para castigar mi orgullo,
Vuestro
espectro en mis nupcias se presente
Y me
acuse de perjurio, me reclame como esposa,
Y me
arrastre con él a su tumba!»
A
Palestina marchó el héroe esforzado;
Su
amor lloró la doncella amargamente;
Pero
apenas transcurridos doce meses,
Se
vio a un barón cubierto de oro y joyas
Llegar
a la puerta de la hermosa Imogina.
Su
tesoro, sus regalos, su dilatado dominio
No
tardaron en hacerla quebrar sus votos;
Le
deslumbró los ojos, le ofuscó el cerebro;
Y
conquistó su ligero y vano afecto,
Y la
llevó a su casa como esposa.
Bendecido
el matrimonio por la iglesia,
Ahora
empezaba el festín.
Las
mesas gemían con el peso de los manjares,
Aún
no había cesado la diversión y la risa,
Cuando
la campana del castillo dio la una.
Entonces
vio la hermosa Imogina con asombro
A un
extraño junto a ella;
Su
gesto era terrible; no hizo ruido,
Ni
habló, ni se movió, ni se volvió en torno suyo,
Sino
que miró gravemente a la esposa.
Tenía
la visera bajada, y era gigantesco;
Y su
armadura parecía negra;
Toda
risa y placer se acalló con su presencia,
Los
perros retrocedieron al verle;
¡Las
luces se volvieron azules!
Su
presencia pareció paralizar todos los pechos.
Los
invitados enmudecieron de terror.
Por
último habló la esposa, temblando:
«¡Señor
caballero, quitaos ya vuestro yelmo,
Y
dignaos compartir nuestra alegría!».
La
dama guarda silencio; el extraño obedece,
Y
levanta lentamente su visera.
¡Oh,
Dios! ¡Qué visión presenció la hermosa Imogina!
¡Cómo
expresar su estupor y desmayo,
Al
descubrir el cráneo de un esqueleto!
Todos
los presentes gritaron aterrados.
Todos
huyeron despavoridos. Los gusanos entraban y salían,
Y se
agitaban en las cuencas y las sienes,
Mientras
esto decía el espectro a Imogina:
«¡Mírame,
perjura! ¡Mírame! –exclamó–,
¡Recuerda
a Alonso el Bravo!
Dios
permite castigar tu falsedad,
Mi
espectro viene a ti en tu boda,
Te
acusa de perjurio, te reclama como esposa,
¡Y
va a llevarte a la sepultura!».
Dicho
esto, rodeó a la dama con sus brazos,
Que
profirió un grito al desmayarse,
Y se
hundió con su presa en el suelo abierto.
Nunca
volvieron a ver a la hermosa Imogina,
Ni
al espectro que por ella vino.
No
vivió mucho el barón, que desde entonces
No
quiso habitar más el castillo.
Pues
cuentan las crónicas que, por orden sublime,
Imogina
sufre el dolor de su crimen
Y
lamenta su destino deplorable.
A
medianoche, cuatro veces al año, su espectro,
Cuando
duermen los mortales,
Ataviada
con su blanco vestido de esposa
Aparece
en el castillo con el caballero–esqueleto
Y
grita mientras él la acosa.
Mientras,
bebiendo en los cráneos sacados de las tumbas,
Se
ven danzar espectros en torno a ellos.
Sangre
es su bebida, y este horrible canto entonan:
«¡A
la salud de Alonso el Bravo,
Y su
esposa la falsa Imogina!».
Matthew
Lewis (1775-1818)
Se
conoce muy poco sobre su vida. Se supone que nació en Troyes y estudió lenguas
clásicas, incluido el griego. Antes de entrar en una orden monástica, se
orientó, gracias a su precoz talento o a algún protector de fortuna, a una
carrera como clérigo en la Corte de María de Francia, quien le habría encargado
algunas obras
Fundamentándose
en su nombre Chrétien, algunos creen que era un judío converso, tesis defendida
por Philippe Walter. Sus narraciones transparentarían así una inspiración
cabalística.
Es considerado
como uno de los primeros autores de libros de caballerías, donde mito y
folklore se unen admirablemente para formar narraciones de encuesta, restringe
el recurso a los elementos sobrenaturales, que él subordina a la descripción
refinada de los sentimientos humanos, e incluso a la denuncia de iniquidades o
injusticias sociales.
Le
chevalier de la charrette, Chrétien de Troyes (siglo XII)
Y
encuentran un lugar muy hermoso,
Un
monasterio, y cerca del enrejado
Un
cementerio de muros cerrados.
No
era loco ni malvado
El
caballero que en el monasterio
Entra
de pie para rezar a Dios,
Mientras
la joven cuida su caballo.
Cuando
termina su oración y regresa,
Hacia
él se acerca un monje muy viejo,
Le
suplica dulcemente que lo informe
Sobre
aquello que desconoce,
Y el
viejo habla de un cementerio:
"Llevadme
allí, que Dios os ayude"
"Con
todo gusto, señor", responde el monje.
El
caballero, detrás del monje,
Entra
y recorre las más bellas tumbas,
Y
había letras sobre cada una,
nombres
de los que dentro se agitaban.
Título
tras título, el caballero lee las letras:
"Aquí
se agita Gauvain,
Aquí
Luis, aquí Y van".
Llegan
los ataúdes con nombres célebres,
Caballeros
elegidos, los más preciados y mejores
De
esta tierra y otros lugares.
(Lancelot
y sus caballeros llegan al Puente de la Espada, el único camino hacia la Tierra
de las Prisiones).
Al
pie del alto puente
Descienden
de sus caballos,
Aguas
ásperas, ruidosas, rebeldes,
Tan
terribles como las del Río del diablo;
Nadie
en el mundo, si allí cayera.
Y el
puente que lo atravesaba
Era
una espada blanca y limpia,
Pero
fuerte y escarpada,
Con
dos lanzas a cada lado.
Mucho
se desalentaron los caballeros,
Pensando
en leones y leopardos del otro lado.
El
agua, el puente y los leones
Tanto
terror les provocaron
Que
de miedo temblaron.
(Lancelot
les habla a sus caballeros)
Señores,
partid complacidos
Porque
por mí os habéis conmovido:
Por
vuestro amor y franqueza.
Bien
sé que no deseáis mi mal,
Pero
mi fe es tal
Que
prefiero la muerte y nunca regresar...
Ellos
suspiran, lloran sin piedad.
Aunque
sobre la espada se mantenga
No
llegará entero ni sano del otro lado.
Prefiere
mutilar sus pies y manos,
Cruzar
descalzo, caer del puente
Y
bañarse en las aguas intactas
Más
nunca regresar.
Con
gran dolor, obligado, da un paso,
Luego
otro, castigando manos,
Rodillas
y pies que sangran,
Sólo
el amor consuela su sufrimiento.
Del
otro lado del puente recuerda
Los
dos leones que creyó haber visto,
Ni
un lagarto se veía ahora,
Nada
que mal le haga:
Pone
su mano delante de la cara,
Comprueba
que los leones sólo existen del otro lado.
Chrétien de Troyes.
William
Butler Yeats /jeɪts/ (Dublín, 13 de junio de 1865 - Roquebrune-Cap-Martin,
Francia, 28 de enero de 1939), poeta y dramaturgo irlandés. Envuelto en un halo
de misticismo, Yeats ha sido una de las figuras más representativas del
renacimiento literario irlandés y fue uno de los fundadores del Abbey Theatre.
También ejerció como senador. Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura
en 1923.
The Song of Wandering Aengus, W.B. Yeats (1865-1939)
Fui
al bosque de avellanos,
Porque
sentía un fuego en mi cabeza,
Y
corté y pelé una rama de avellano,
Y
enganché una baya en el hilo;
Y
mientras volaban las polillas blancas,
Y
estrellas como polillas titilaban,
Solté
la baya en el arroyo
Y atrapé
una pequeña trucha dorada.
Cuando
la hube dejado en el suelo
Fui
a avivar las lenguas fuego,
Pero
algo susurró en el suelo,
Y
alguien me llamó por mi nombre:
Se había
convertido en una joven de sutil resplandor
Con
flores de manzano en su cabello
Que
me llamó por mi nombre y corrió
Y se
desvaneció en el claro aire.
Aunque
ya estoy viejo de vagar
Por
tierras bajas y tierras montañosas,
Descubriré
dónde se ha ido,
Y
besaré sus labios y tomaré sus manos;
Y
caminaré por la larga hierba de colores,
Y
aferraré hasta el fin de los tiempos
Las
plateadas manzanas de la luna,
Las
doradas manzanas del sol.
W.B.
Yeats (1865-1939)
The
Man Who Dreamed of Fairyland, W.B. Yeats (1865-1936)
Estuvo entre una
multitud en Dromahair;
Su corazón colgaba
sobre un hábito de seda,
Y al final había
conocido alguna ternura,
Antes de que fuera
abrazado por la tierra;
Pero cuando un hombre
en un montón de peces apila,
Parece que alzan sus
pequeñas cabezas plateadas,
Y cantan lo que la
dorada mañana y la tarde derraman
Sobre el mundo entretejido
de una isla olvidada,
Donde la gente ama a
orillas del mar;
Que el Tiempo las
promesas del amante no podrá malograr,
Bajo ese tejido cielo
inmóvil de ramas;
El canto le sacó de
su débil reposar.
Por las arenas de
Lissadel ha meditado;
Su mente corre por
los miedos, dinero y cuidados,
Y él, al final, había
conocido algunos prudentes años,
Antes de que se
apilaran bajo la colina su tumba;
Pero mientras
recorría los sitios de rompiente espuma,
Un gusano, con su
gris y terrosa boca
Canta que en algún lugar
del norte, oeste o sur
Habita una alegre,
exultante, afable raza,
Bajo los dorados o
plateados cielos;
Y si allí un huraño
bailarín sus pies pusieran,
Parecería que el sol
y la luna en el frutal estuvieran:
Y con aquel canto
nunca más sería sabio.
Ante el gozo de
Scanavin reflexionó,
Reflexionó sobre sus
mofadores; sin falta
Fue un cuento
campesino su repentina venganza,
Cuando la noche
pétrea se había bebido su cuerpo;
Pero una nudosa
hierba de la laguna
(Con voz
innecesariamente cruel) cantaba
Donde el anciano
silencio ordena regocijarce ante su elegida raza,
No importa que
tempestuosas aguas suban y caigan
O que la plateada
tormenta corroa su oro al día,
Y la medianoche los
arrope como en lana
Y el amante con el
amante descance en paz.
El cuento retiró su
sutil enojo de su faz.
Durmió bajo la colina
de Lugnagall;
Y podría haber
conocido el sueño real
Bajo ese vaporoso y
frío turbante empinado,
Ahora que al hombre y
todo, la tierra se ha llevado:
Los gusanos que
ensartan sus huesos no proclamaron
Con ese incauto,
agudo grito
Que Dios en el cielo
sus dedos ha puesto,
Que por esos dedos
corre el brillante verano
Sobre el bailarín de
la ignota ola.
¿Por qué deberían
aquellos danzantes sin fracaso
Soñar, hasta que Dios
calcine la naturaleza con un beso?
El hombre no ha
encontrado consuelo en la tumba
William
Morris (Clay Hill Walthamstow, Inglaterra, 24 de marzo de 1834-3 de octubre de
1896) arquitecto ONU FUE, maestro textil y fundador del movimiento denominado
Como Artes y Oficios
The Raven and the King's Daughter, William Morris.
Hija
del Rey, sentada en la alta torre,
Mientras
el verano es el escudo de muchos,
¿Por
qué te lamentas mientras las nubes pasan?
Entre
la costa y el campo los altivos cisnes cantan,
¿Por
qué te lamentas sentada en tu ventana,
Hasta
que por tus frágiles dedos corran las lágrimas?
La
Hija del Rey:
Lloro
porque me siento sola
Entre
estos muros de cal y piedra.
Los
hombres se sientan en el salón de mi padre,
Pero
para mí él construyó esta torre vigilada.
Y
desde aquí he visto el dorado sobre el verde,
Sin
noticias sobre mi verdadero amor.
El
Cuervo:
Hija
del Rey, sentada sobre el mar,
Cantaré
una historia que os pueda alegrar.
Ayer
he visto navegando un barco enorme,
Cuando
el viento soplaba feliz desde el norte.
Sobre
aquel labrado mástil me senté,
Y mi
corazón se estremeció con fe,
Pues
entre la tabla y el oscuro azul del mar,
Su
espada cantaba dulce los hechos que serán.
La
Hija del Rey:
¡Océano
estéril! ¡Amarga entre todas las aves
Un
estéril cuento mis oídos han escuchado!
El
Cuervo:
Los
hombres de vuestro padre fueron severos,
Ataviados
con escudos y brillantes yelmos.
La
Hija del Rey:
¡La
peor de las historias me narras,
Las
palabras como saetas me desgarran!
Vuela
al sur, hacia los campos de la muerte,
Y
que nada dulce en tu lápida pueda leerse.
El
Cuervo:
Oh,
allí estuvo Olaf, el de los lirios rosas,
Tan
justo como cualquier roble que crece.
La
Hija del Rey:
Oh,
tierna ave ¿Qué hizo él entonces,
Entre
las lanzas de los caballeros de mi padre?
El
Cuervo:
Entre
la tabla y el azul oscuro del mar,
Él
cantó: Mi verdadero amor me espera.
La
Hija del Rey:
Así
como esta dura losa conoce mi dolor,
Aún
no estoy agotada, mi amor.
El
Cuervo:
Él
cantó: Así como una vez tuve su mano,
Al
final sus labios volverán a mis labios.
La
Hija del Rey:
Y
así como nuestros dedos se entrelazaron,
También
volverán a UNIRSE nuestros labios.
El
Cuervo:
Él cantó:
Que venga la ruina, el hierro y las llamas
¿Pues
qué otra cosa romperá la torre sino la fama?
La
Hija del Rey:
Oh,
Sol, Ascended y caed con premura,
Para
que la esperanza triunfe sobre la muerte.
El
Cuervo:
Hija
del Rey, sentada en la alta torre,
Dádme
un regalo por mi cuento y volaré:
El
oro de tu dedo frágil y pálido deseo,
Pues
sólo eso tienes de tu viejo anhelo.
La
Hija del Rey:
Junto
al anillo de mi padre hay otro,
Con
un beso me fue dado por mi madre.
Vuela,
vuela a través de los mares
Para
ganar otro de mis presentes.
Vuela
al sur a traerme noticias reales,
Mientras
en verano sea el escudo de muchos.
La hierba
crece roja con el rocío de la batalla,
Entre
la costa y el campo los altivos cisnes cantan.
William Morris (1834-1896)
Edward
Herbert, primer barón Herbert de Cherbury (3 de marzo de 1583 – 20 de agosto de
1648) fue un militar, diplomático, historiador, poeta y filósofo religioso
británico. Edward Herbert fue el hijo
mayor de Richard Herbert del Castillo Montgomery (un miembro de una rama
colateral de la familia de los Duques de Pembroke) y de Magdalena, hija de sir
Richard Newport, y hermano del poeta George Herbert. Nació en Eyton-on-Severn,
cerca de Wroxeter, en el condado de Shropshire. Asistió a la University College
y, el 28 de febrero de 1599 se casó con su prima Mary, hija y heredera de Sir
William Herbert. Regresó a Oxford con su esposa y su madre, continuó sus
estudios y aprendió lenguas modernas, música, a montar a caballo y esgrima.
Elegy over a tomb, Edward Herbert of Cherbury.
Entonces
debo ver a la Eterna Noche
Sentado
sobre aquellos ojos encantadores,
Cerrando
suavemente sus resplandores,
Que
una vez se alzaron en fulgor radiante,
Y
cuyos soles supieron probar la existencia
Del
Conocimiento y del Amor?
Oh,
si usted no desea permanecer
En
este plano bajo y terrenal,
Eligiendo
aquella plena herencia inmortal;
Al
menos decídnos, se lo rogamos;
Dónde
están todas las Bellezas,
Hoy
coronadas de cenizas,
Que
un día fueron concedidas.
¿Ha
renovado el sol con vuestros ojos su resplandor?
¿Las
olas han trenzado vuestro cabello con nuevo color?
¿Ha
restaurado usted, junto al cielo y el aire,
El
rojo, el blanco, y el azul?
¿Ha
sido usted, con magnífica elegancia,
Quién
ha vestido a las rosas con su fragancia?
¿Se
han retirado las luces del cielo a sus nichos,
O
bien reposan en vuestro privado lecho?
¿El
cielo y el aire no deben conspirar,
Y en
sus altas bóvedas llorar?
¿Todas
las rosas que de la tierra pueden brotar,
Habrán
de ser sólo hierbas muertas en el trigal?
¿No
cederemos a ninguna causa
Mientras
otros ahogan sus lamentos?
Ha
cambiado el curso de nuestros ancestros,
Y
sus leyes yacen bajo el agua.
Tus
Bellezas no han podido revivirlos,
Ni
arrancarlos del páramo del olvido.
Decídnos,
pues los oráculos aún deben ascender
Por
aquellos que se agitan en sus tumbas,
Decídnos
en dónde se encuentran las bellezas,
Y
cuáles son sus intenciones;
Decídnos
aquello que nuestra pena calla
Y nuestra Esperanza alivia.
Edward Herbert of Cherbury.
En
esta antología solo se manejaron los poemas más importantes así mismo los más
reconocidos en la época del Medieval y en la época actual. Se hizo la elección
de tomar los poemas de los escritores más reconocidos en esas épocas mismas.
Ami
en lo personal me encanto esta antología porque leí e intente dialectar los
distintos poemas de la época medieval.
Yacen: Estar acostado
(a) una persona o un animal. Estar alguien sepultado o enterrado en un lugar.
Paramo: Terreno llano, yermo, desabrigado, y
generalmente elevado.
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